Conócenos
¿QUIÉNES SOMOS?
Somos una compañía digital que brinda soluciones para el desarrollo personal y espiritual, dirigido a mujeres que desean construir su propia felicidad, vivir en mejora continua, que quieran perder para poder ganar, que quieran desacostumbrarse a ser quienes son para seguir creciendo y que quieran voltear su mirada a la maravillosa e inigualable oportunidad que nos brinda ser parte de la creación para vivir una vida saludable y con propósito.
¿A QUIÉN NOS DIRIGIMOS?
A individuos:
Nuestros productos están dirigidos a mujeres con necesidades principalmente, en su faceta personal pero con anhelos de crecimiento en todas sus áreas.
Te brindamos herramientas motivacionales e inspiracionales utilizando tanto la plataforma online como la presencial, a través de charlas, conversatorios, tertulias, workshops, eventos, productos y contenidos digitales.
Así mismo te ofrecemos la oportunidad de realizar entrenamientos, para el desarrollo de tú máximo potencial, a fin de generar cambios que permita redireccionar el camino hacia la plenitud del ser, en nuestra “Escuela de la Felicidad”, a través de nuestra aula virtual.
A empresas:
Convierte tu empresa en un Equipo de Luchadores.
Aprende a seleccionar a tu equipo por sus valores más que por sus talentos.
Enseña a tu equipo a tener pertenencia, para lograr un resultado exitoso.
Haz de cada miembro de tu equipo un líder.
Desplega estrategias emocionales que cambien el “Yo” por “Nosotros”.
Desarrolla un ambiente apto para el crecimiento de un Equipo de Alto Rendimiento.
Aprende a transmitir la identidad de tu Empresa.
NUESTRO EQUIPO
Somos un equipo dedicado a cultivar la felicidad desde el dar y no desde el recibir.
Nos gusta amar a las personas y estamos aquí para que juntas construyamos felicidad.

Rovy Colmenter
CEO
¿Te gustaría conocerme?
He aquí a una simple alma que más allá de titulaciones, estudios y capacitaciones ha llorado para poder reír.
He tenido que perder para poder ganar, he tenido que desaprender para volver a aprender, he tenido que resistir y correr de tal manera para llegar a la meta. Mi historia cuenta mis aciertos y desaciertos, y hoy comparto mi aprendizaje contigo, desde la transparencia de mi alma, sin poses ni máscaras.
Soy una mujer que aprendió a valorar cada instante de la vida, a aceptarlo y a agradecerlo. Alguien que tras el dolor abrazó la felicidad, el gozo y la paz de saberse una victoriosa.
Esposa, madre, hija, hermana…
Una mujer que entendió que el éxito no está en lo que se logra, sino en lo que se transforma.
Periodista y Comunicadora Social, con experiencia de más de 20 años en medios masivos de información en mi país Venezuela, mi testimonio de vida me ha impulsado a ser una naciente conferenciante que pretende inspirar a otros a edificar sus vidas, construir su felicidad y su legado en una sociedad que se ha perdido en los límites del egocentrismo y el orgullo.
En los últimos 3 años, mis vivencias personales han generado un fuerte impacto en mi forma de ver el mundo y la vida misma, transformando mis perspectivas sobre principios fundamentales, impulsándome a iniciar la construcción de un legado y a vivir una vida con significado, convirtiendo mi esfera profesional en mi misión de vida.
Con un Máster en Marketing y Dirección Comercial y otro en Leader Coach y Desarrollo Directivo, el deseo de reinventarme y sobre todo de sembrar semillas de cambio en la humanidad, me han animado a ofrecer una propuesta que se basa en fomentar principios inamovibles y verdaderos que permitan la transformación emocional y espiritual de personas en un mundo cada vez más egoísta, endurecido y herido.
Pero por muchos años me he dedicado a mi más importante empresa: Mi familia, mi matrimonio, mis hijos; lo que se ha convertido en la escuela que me ha permitido hoy ser una portavoz de buenas noticias, basándome en mi propia vida, en testimonios reales, dolorosos y transformadores.
Autora y escritora del Libro Felicidad en Construcción, a mis 47 años, he aprendido que la mejor de las etapas ha llegado, ésta que me ha permitido observar minuciosa y objetivamente mi historia personal. Una historia que en muchas ocasiones ha sido motivo de vergüenza y no de admiración, ni de inspiración. ¡Sí, esa soy yo! Te he dicho que sin máscaras. Porque mi carta de presentación no ha sido irreprensible, más bien he podido comprobar el lodo en el cual muchas veces transite mi viaje, cuyas consecuencias, producto de decisiones incorrectas, pasaron un importe muy alto a mi vida.
Lágrimas, dolor, desesperanza, desaliento, amargura, resentimiento, desconfianza fueron por muchos años mis más activos colaboradores.
Más sin embargo, he aprendido que este viaje es imposible transitarlo sin alguno de estos acompañantes, pues la aflicción es parte de la vida y la felicidad parte del anhelo de nuestros corazones.
Pero un día, un bendito día, mi alma y mi espíritu fueron transformados y la tristeza se convirtió en gozo y las lágrimas en risas y a partir de ese momento mi corazón fue tomado por mi arquitecto y diseñador original.
Todo lo que era malo se convirtió en bueno y aprendí a ser una cuidadora de almas, enseñándolas a equiparse, animándolas a ir tras una vida con significado y exhortándolas a descubrir su verdadero propósito y continuar creciendo y fortaleciéndose en el camino de la construcción de su felicidad.
Soy una constructora, una edificadora, una mujer redimida, restaurada y renovada que continúa en el progreso eterno de ser perfeccionada, disponiendo mi corazón a ser moldeada como vasija en las manos del alfarero y con el firme propósito de ser un instrumento para la reconciliación de la mujer con su diseño original y plan Divino.

Rosmar Colmenter
Directora General
De profesión Publicista, con más de 12 años de experiencia en Marketing y Branding, fotográfa profesional y co-fundadora de Hope Network.
Esposa (con 11 años de matrimonio), madre de dos hijos maravillosos Fabián (12 años) y Julián (5 años) que le han dado el sentido a mi vida. Una mujer, madre y esposa real.
Mirando atrás lo que ha sido mi vida, me encuentro con una mujer que siempre ha sido muy tenaz y decidida, pero al mismo tiempo, era una mujer con severas ínfulas de superioridad, que quería controlarlo todo a su paso, tomando decisiones viscerales sin preocuparme por cómo estaba afectando a otros, incluyendo a mi propia familia. Hoy recuerdo a esa mujer con lamento, porque sé que dejé profundas heridas en las personas que más me han amado. Pero como la vida siempre nos da segundas oportunidades, han sido justamente esas experiencias las que me han permitido hoy poder ayudar a otras mujeres a alertarles de no cometer esos mismos errores, o que puedan renovar su alma y espíritu, para vivir una vida equilibrada y llena de paz.
Pase muchos años poniendome en el primer lugar, pensando que yo era lo más importante, que mis sentimientos y mis necesidades debían ser lo primero, y eso se llama EGOÍSMO en su más amplio significado. Para mi la palabra perdón no se encontraba en el diccionario, porque prevalecia la ley del “ojo por ojo”, y si en algún momento el perdón se cruzó en mi vida, por supuesto fue porque yo “perdoné”a alguien que seguro me hirió, porque además nunca me dí cuenta que también requería de ser perdonada.
Esto es lo que nos enseñan las corrientes modernas, a ser independientes, a amarnos a nosotras mismas, que prevalezca el YO, a jamás permitirnos sentirnos tristes o afligidas por las circunstancias (pero si mártires), convirtiéndonos en una parodia de la mujer empoderada. Ciertamente no está mal tener confianza, ser resolutiva, visionaria, con una buena autoestima, una mujer de Fuerza, pero siempre recordando que tus derechos terminan cuando comienzan el de la otra persona.
Fue muy duro para mí, luego de ser una mujer líder, empresaria, profesional y con “mucha experiencia” darme cuenta que estaba en la nada, que sentía que no encajaba en ninguna de las áreas en las que me había desarrollado. Les comparto un poco algunos de los oficios que desarrollé, para que se hagan una idea de cuan versátil podía ser, desde chef, azafata de vuelo, bailaora, bartender, estudie 2 carreras (que no termine), y un sin fin de oficios que no eran más que saltos al vacío, y que hacía solo para demostrarle a mi entorno quien era. Darme cuenta que estaba quebrada por dentro, pero que sobretodo estaba agotada de ser quien no era, fue algo que me sacudió, entender que mi realidad era que siempre quería ser admirada, reconocida, y al mirar a mi alma darme cuenta que la motivación a hacer todo aquello era una autoestima profundamente lesionada, al punto de sentir que hubo un momento de mi vida en el cual perdí la razón, me había perdido tanto en mis diversas máscaras y oficios que no lograba reconocerme a mí misma.
Pero gracias a mi amada hermana Rovy y aquella palabra dada por ella, fue cuando conocí el camino del verdadero amor, de la redención, la transformación, del arrepentimiento genuino, del perdón, el camino de las SEGUNDAS OPORTUNIDADES.
Hoy puedo decir que me siento renovada, una mujer en construcción. Con una paz que sobrepasa el entendimiento de quienes de uno u otro modo, forman parte de mí historia. Una mujer con un nuevo corazón, que intenta vivir una vida con integridad, y que si es cierto que no soy perfecta, camino en Fe, llena de esperanza y amor por mi familia, amigos y por el prójimo.
Mi testimonio es parte del aporte que hago para Hope Network, y para todas las mujeres que deseen tener herramientas inamovibles, duraderas y realmente efectivas.

Erbelin Sánchez
Directora de Negocios
Periodista con más de 15 años de experiencia en medios de comunicación en Venezuela. Madre de una hermosa niña llamada Zoe y esposa de Lendl Sequera.
Me gustaría contarte un poco sobre mí. Vengo de una familia disfuncional. Mis padres se separaron cuando yo tenía solo 4 años de edad. Mi padre era un hombre con problemas de alcoholismo y esto le ocasionaba ser violento con mi madre, aunque no recuerdo esa época, si quedan en mi memoria momentos sucesivos producto de una separación.Con el paso de los años, comencé a darme cuenta de muchas cosas; mi hermano mayor y yo siempre fuimos motivos de disputas entre nuestros padres y la presencia de papá en mi vida fue muy intermitente. Lo veía muy poco. Pocas veces cumplía sus visitas, lo cual me afectaba mucho, pero siempre lo amé a pesar de ello y disfrutaba los pocos momentos compartidos. Pero mi madre siempre fue mi gran apoyo, estuvo presente en todo y supo darme mucho amor junto a mis abuelos. Al pasar de los años Dios me bendijo con otro papá quien me ama mucho y yo a él.
Siempre he sido una mujer alegre, buena hija, esposa, madre, hermana y amiga. Soy amorosa, soñadora y llena de retos. Esforzada en culminar mis metas, aunque me costaba mucho. Aun cuando me invadía la inseguridad y el miedo, me movía ser admirada por mi familia. Dejé muchos estudios y proyectos sin terminar, pero mi gran pasión siempre fue comunicar, por lo cual culminé todo lo que me propuse. Al llegar a la madurez, pude mirarme en el espejo de mi alma y advertí actitudes que no me permitían construir una felicidad sólida; pude ver en mí soberbia, altivez, ego, inseguridad, miedos, timidez, ira y falta de perdón. Vivía en queja, vanidad y un mundo sin sentido. Vivía por complacer a los demás comportándome de la misma manera para sentirme incluida en los grupos y siempre me ponía en el último lugar. En mis pocas relaciones afectivas se repetía la triste historia de mis padres. Me di cuenta que traía mucho de ellos en mí y que esto afectaba negativamente mi vida.
Tenía muchas debilidades. Una de ellas, era refugiarme en el licor, hice de esta práctica un templo para “celebrar la vida y la alegría”. Quienes me conocen pueden certificar lo que les cuento. Vivía en un ciclo cautiva, en esos momentos me desinhibía, tomaba decisiones perjudiciales, y por otro lado, se generaba un remordimiento por aquello. Eso siempre formó parte de mi vida.
Hace pocos años salí de mi amada Venezuela con mucha tristeza y llena de miedos llegue a España. Dejé todo lo que era más importante para mí, mi profesión y mi familia. Mi experiencia como inmigrante causó daños profundos en mi vida. Salir de mi zona de confort y alejarme de mis seres queridos, fue un golpe muy fuerte y eso lastimó aún más mi autoestima y me sumió en un estado de depresión y oscuridad. Siempre he sido muy familiar, pero esta situación me hizo sentir vacía, sin ganas de luchar y sin rumbo fijo. Fue cuando mis debilidades me
consumieron, al punto de atacar mi cuerpo, mi alma y espíritu. Me sentí la mujer más frágil. No había consuelo que me permitiera avanzar.
Pero Dios es bueno y siempre tiene un plan mejor, y llegó un buen día. Esa tarde de sushi, estaba ella, una buena amiga. Sabía que nos encontraríamos después de muchos años y que ese momento sería muy especial y único. Aún no sabía cuán importante sería aquel encuentro para mí. Ella es, Rovy Colmenter, la conocí hace casi 18 años y siempre fue una amistad pura y sincera y que me llenaba de
inspiración, como pocas. En ese encuentro ella pudo apreciar mi pesar y me regaló lo único que tenía para darme, sus sabias palabras que dieron luz a tanta oscuridad. Me habló del propósito que cada una de nosotras tenemos en la vida, de cómo es mi diseño original y real, de la esperanza y de la fuerza que hay en nuestra vida, me habló de un sueño, una misión que hasta hoy se hace realidad, y confiando en su amor por mí, la escuché y me deje guiar para salir de ese letargo queme mantenía estancada y atada.
Hoy día soy testimonio de una transformación genuina que me sano el alma, el cuerpo y el espíritu, no solo para mí, sino para todos los que me rodean. Los cambios no fueron tan rápidos, pero paso a paso entendí que los procesos, la crisis y el dolor al final te dejan una gran enseñanza.
El aprendizaje, los principios y los conocimientos no valen de nada si no se aplican a la vida como una práctica coherente y constante. Hope Network es una propuesta diferente que nos mueve a reconocer quienes somos, por qué estamos aquí, para qué y nos conduce a vivir con significado.
Aquellas palabras, fueron el inicio del proceso de sanación de mi alma. Aunque sigo en constante aprendizaje esos principios y esas herramientas me han convertido en una nueva persona. Esto es lo que hace Hope Network, te invita a tener esperanza, a transformar tus pensamientos, a manejar tus emociones y a encontrar un propósito.
Ahora soy portavoz de que todos tenemos Segundas Oportunidades y que necesitamos aprovechar al máximo esa nueva oportunidad para poder ver una transformación y para lograr tener una vida con significado. Ser parte de Hope Network y ser vocera de sus resultados, me motiva para ayudar a otras mujeres a cambiar desde adentro, a llevar una vida equilibrada y con propósito. Me declaro portavoz de esta Red de Esperanza y toda mi experiencia personal y profesional está orientada para contribuir y ayudar a mujeres que se encuentren sumergidas en la más profunda oscuridad, como yo alguna vez lo estuve. Deseo mostrarles
con alegría las múltiples soluciones, que les permitirán ser mejores hijas, esposas, madres, amigas y profesionales.
Hope Network fue mi Segunda Oportunidad. Todas las mujeres debemos saber que no todo dolor termina en tristeza. Que hay un despertar, que el mañana puede ser maravilloso y que tienes un gran propósito en tu vida y en la de quienes te rodean. Que el amor, la fe y la alegría teimpulsarán a dar pasos gigantes.
Te animo a que conozcas la mejor manera de afrontar las adversidades. Siempre estarán presentes, pero lo más importante es que sepas que puedes superarlo y aprender lo positivo de cada una de ellas. Agradezco a mi familia por apoyarme en este crecimiento y sé que les alegra mi nueva manera de vivir.
ALIADOS DEL PROYECTO:
Melina Garrido
Copywriter
@soymelinagarrido
www.melinagarrido.com
Jennifer Britoeventos y Protocolo
@iluzionaeventos
www.iluziona.es
Kevin Hernández
Editor Audiovisual
@estudioslab
Nancy Ezquivel
Maquillaje & Estilismo
@nancyesquivel28
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